Si se admite que con cualquier actitud que se adopte se le hace siempre el juego a alguien, lo importante es buscar por todos los medios hacer bien el propio juego, esto es, de vencer netamente.

Antonio Gramsci

domingo, 16 de agosto de 2009

Ideología en la educación e ideología "progresista"

"En el marco de la responsabilidad social universitaria la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile propone una vía de inclusión alternativa a la Universidad. Esta vía está sustentada en el principio de que “los talentos están igualmente distribuidos en todos los estratos sociales, por lo que en todos los establecimientos de educación media hay jóvenes que tienen los talentos que se requieren para cursar con éxito estudios universitarios y estos son, en su mayoría los estudiantes mejor evaluados de cada curso”.

Extracto de documento base del propedéutico


En el presente y desde que se abrió, políticamente, el mercado de la educación, la sociedad tiene racionalizada la cantidad de recursos económicos que destina a este ámbito. El modelo educativo actual, entiende que debe existir un tipo de educación para cada sector social, todo otro tipo de gasto sería una pérdida injustificada de eficiencia. De esta manera, la sociedad gasta lo mínimo para educar a la mayoría de la población, gasta algo más para educar a otra porción que, de uno que logra la movilidad social, muchos se quedan abajo, y, gasta lo que sea necesario para educar a otra parte de la sociedad, la cual constituye el sector de profesionales y las élites de este país. Cabe mencionar, que esta segmentación educativa permea desde los recursos económicos destinados, hasta los programas y los métodos de enseñanza, lo cual ocurre desde la educación básica hasta la superior, siendo este último el fenómeno de segmentación más reciente.


En síntesis, la sociedad entiende que en los sectores sociales que pueden pagar una "buena" educación, es donde se encuentran también los talentos que merecen ingresar a las universidades de "excelencia" sean éstas públicas o privadas. Algo así como que el éxito económico de los padres se traduzca en la idoneidad académica de sus hijos, una cuestión de genética, seguramente. Los exitosos tendrían el éxito en la sangre.

El "principio" que sustenta el proyecto de propedéutico para la Universidad de Chile (siendo el mismo para las otras universidades en donde ya se encuentra en funcionamiento) entiende que "los talentos están igualmente distribuidos en todos los estratos sociales", es decir no se trata de una cuestión de billeteras, sino que el "talento" vendría desde el nacimiento o algo por el estilo (aleatoriamente) y, por lo mismo, está presente en todos los estratos sociales, se trata de una cuestión de estadística de niños nacidos, en donde hay una porción, minoritaria seguramente, que recibe "talentos" y otra que no, en palabras simples hay inteligentes y hay tontos, hay unos que nacen para mandar y otros para obedecer, hay unos que nacen para intelectual y otros para trabajos manuales (dicen que hay algunos que nacieron buenos para mendigar).


De este "principio" se deriva que el sistema educativo es irracional, es decir, educa a toda la gama de los ricos, los tontos y los inteligentes, además educa a uno que otro no tan rico que nació con el don de la inteligencia. Por tanto lo que habría que hacer es recoger a los "talentos desaprovechados" de colegios municipales, que serían los "estudiantes mejor evaluados de cada curso", lo cual está probado por serios estudios científicos, por tanto no hay pero que valga. Esto hace necesario un propedéutico, el cual sirva de referente para avanzar hacia un modelo educativo racional, que separe a los inteligentes de los tontos, que lleve a las universidades de "excelencia" a los primeros y a las universidades malas a los otros o para qué molestarse, mejor que se vayan a trabajar en cuanto terminen la educación obligatoria. Entendidas así las cosas, mejor sería avanzar a la identificación del "talento" desde los genes y comenzar con un programa estatal de eugenesia, toda una utopía.


Pero el propedéutico es el propedéutico, 25 estudiantes de liceos municipales que sacarían 200 o 300 puntos en la PSU estarían entrando a la Chile, por tanto esto es un "avance" indiscutible, año a año estos estudiantes vendrían siendo el 0,63% de los estudiantes que entran a nuestra ilustre universidad.


Observemos ahora, el concepto de "talento". Este vendría siendo algo que es observable a través de los resultados de pruebas, exámenes, títulos, grados académicos, citación en publicaciones científicas, cantidad de publicaciones, ediciones de libros, rapidez e ingenio para resolver problemas de materias de categoría universitaria, etc. etc. Sabiendo que todas estas mediciones son creadas por comunidades científicas y comités evaluadores, queda claro que lo único que se mide es la adecuación a un patrón, es decir, a la reproducción de esas mismas comunidades científicas y comités evaluadores. Es más, en un país donde esta condición social está restringida a los sectores sociales más acomodados, no sólo se trata de la reproducción de académicos e intelectuales, sino de una reproducción de condición social.


El "talento", por tanto, es una categoría inventada, construida en base a mediciones que otros "talentosos" desarrollaron, es decir, es un concepto cosificado. Los estudiantes del propedéutico, serían entonces, los niños mal educados pero que con algo de ayuda pueden homogeneizarse a los demás miembros de universidades "de excelencia", sin duda un talento potencial. Así entendido, el talento no lo tiene la persona, sino es una cualidad que le asignan los que se entienden talentosos y segmentan la educación para que unos tengan esa cualidad y otros no. Los mecanismos mediante los que realizan esta operación van desde las pruebas y los símbolos de distinción social, hasta la distribución del ingreso y los mecanismos de mercado. Una maquinaria social que produce la desigualdad.


Lo peor de todo es que la producción y reproducción de la desigualdad se invisibiliza por un lado y se legitima por otro. Si la sociedad se entiende como con el potencial de construir su propia historia y, por tanto, a si misma, tendría que parecerle evidente que un tipo de desarrollo, un tipo de conocimiento y un tipo de "talento", entendido como capacidades valoradas socialmente, es sólo eso, una construcción histórica, la cual pudo haber sido de otra manera. Para otra sociedad, hay otro conocimiento, otro talento. Pero claro, lo establecido se naturaliza, negando toda alternativa de proyecto de sociedad. ¿No es, acaso, totalmente evidente que si no existiera la clase obrera o si no exisiera como existió sería pura ciencia ficción todo el desarrollo teórico de Marx? ¿de qué serviría buena parte del conocimiento si no viviéramos en una sociedad de clases? ¿me dijo "talento", unívoco?.


El principio liberal en el que se sustenta el propedéutico, tal como se plantea ahora, es una forma de invisibilizar y legitimar el orden social, esta propuesta vendría a hacer más soportable la desigualdad social, serviría para dar un argumento a la supuesta existencia de movilidad social, vendría a "dulcificar" el modelo actual. Entendido así, aun creyéndose "progresivo" en cobertura, se sabe con un límite, el de abarcar toda la población de inteligentes. Sin embargo, estoy seguro que el proceso actual va a llevar a un propedéutico que se va a quedar en la primera propuesta, año tras año tratando de mejorar detallitos dentro de si mismo, ensimismado, y por tanto, fracasado o intrascendente. En esto se le irá la vida y terminará como el bachillerato de la Chile, como un producto en si mismo, dentro del mercado de la educación, huérfano de un proyecto de universidad coherente. Un sinsentido.


Pero como están las cosas en la educación chilena por un lado se parte, el punto es que un sector transformador, como potencialmente lo son los estudiantes, debería apropiarse de este proyecto, pero entendiéndolo como el piloto de una forma UNIVERSAL de acceso a la universidad, con propedéutico para nivelar y bachillerato para ingresar, teniendo como proyecto de un acceso de todas las personas a la educación superior si lo desean.


Finalmente, entiendo que la pega no es argumentar y recontraargumentar a autoridades, académicos (no todos) y estudiantes en puestos burocratizados, sino discutir y debatir con mis compañeros. La pega es construir organización y una fuerza social capaz de impulsar una transformación en el acceso, la educación y la sociedad.

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