Si se admite que con cualquier actitud que se adopte se le hace siempre el juego a alguien, lo importante es buscar por todos los medios hacer bien el propio juego, esto es, de vencer netamente.

Antonio Gramsci

domingo, 8 de febrero de 2009

La confrontación social detrás de la educación

A través de informes nacionales e internacionales, opiniones, movilizaciones de mayo en mayo o conversaciones casuales es posible sacar una conclusión rápida: la educación chilena para las grandes mayorías es un desastre, la sociedad tiene casi nada de qué sentirse orgullosa en este y muchos otros temas. El mundo social, a pesar de tener poca incidencia en la toma de decisiones, ha producido un importante número de propuestas para mejorar el sistema educativo en su conjunto (y no sólo la reduccionista visión "del aula"), su similitud da cuenta de lo representativo que estas son y la necesidad que tiene el mundo social de las mismas. Sin embargo el "Desastre Educacional" no se debe a la incompetencia o falta de voluntad de la clase política que ha gobernado desde la vuelta a la democracia, es el síntoma de la correlación de fuerzas al interior de la sociedad chilena.


A raíz de la refundación neoliberal que se implantó en Chile a sangre y fuego (mediante "terapias de shock"), se reduce el Estado y su financiamiento: liberalización económica, privatizaciones nacionales primero y transnacionales luego etc. El nuevo Estado, se financia principalmente con impuesto al consumo (I.V.A.), el cual ha sido demostrado como regresivo, y por el otro lado unas tasas muy favorables a las utilidades (15% impuesto a la renta), una ausencia total de regulaciones o gravámenes a los movimientos de capitales, especialmente financieros, que hacen y deshacen en este país.


La configuración que el empresariado que habita holdings y grandes empresas ha hecho de Chile y su Estado es un fenómeno que resulta visible tanto en quién es el que sostiene el presupuesto fiscal como en el difundido hecho de que somos campeones de la desigualdad en distribución de la riqueza, pero hay que hilar fino, esta desigualdad se explica por la altísima concentración no en el quinto quintil (20% de la población) ni el décimo decil (10%) sino en el 5% o incluso el 1% de la población, los "grupos económicos". Lo importante es identificar a cada actor en su justa medida y no centrar la atención en las formas más espectaculares y visibles del despliegue del poder. La clase política junto con la burocracia y la tecnocracia no son mucho más que "mediadores" que responden a encuestas y su interés principal es electoral, donde reside su reproducción social. Por más caras arrugadas de derrota y cansancio en mea culpas, justificaciones o apologías periódicas de su propio quehacer, el centro no es la declaración de buenas intenciones o la distribución de culpas entre la clase política, sino el hecho de que como conjunto (grupo social) han administrado el Chile neoliberal, vástago de los intereses del gran empresariado y toda su prole de burocracias privadas, únicas beneficiarias del tan difundido "chorreo". El movimiento social debe identificar claramente a su enemigo y no quedarse en la "pelea chicha" con sus heraldos, su enfrentamiento es contra la élite económica y sus aparatos ideológicos: medios de comunicación, universidades, centros de estudio, sectas religiosas, la derecha política, etc.


Para lograr el Chile que se quiere, uno al servicio de las grandes mayorías, hay una confrontación social que se debe solucionar, no un debate sobre cómo se educa de mejor forma o se obtiene la tan mentada"calidad". El movimiento estudiantil y sus posibles demandas son una forma importante de lucha pero también limitada y en ningún caso la única. El movimiento estudiantil y el social debe saber responder ante el argumento de "el Estado no tiene más plata" (conocidos son los tantos planes auge, las tantas viviendas sociales etc.). Las respuestas deben ser inmediatas y precisas, aumento de impuestos al capital y las utilidades, renacionalización del cobre, del agua, altos gravámenes o royalties por nuestros recursos naturales como también demandar igualdad en la distribución de publicidad estatal en los medios, asamblea constituyente, democratización política etc. La otra opción sigue siendo sentarse en "consejos asesores" para discutir con los tecnócratas el cómo hacemos malabares con las cifras asignadas a educación o cómo formulamos una propuesta que resuelva todos los problemas dejando todo lo demás intacto.

2 comentarios:

Pablo Muñoz dijo...

Felicitaciones por la iniciativa...
Lamentablemente, concuerdo en casi todo contigo y digo lamentablemente pues mi post ofrece nulo dinamismo a tu blog!....
Sigue escribiendo, hace rato que no subes nada nuevo,
Agur.

José dijo...

Es que mi "maldita monografía" me ha tenido ocupado desde que escribí este artículo, pronto seré libre para bloggear.

Saludos y espero que puedas publicar artículos pronto.